martes, 20 de enero de 2015

algunos hombres buenos y cabreados: la abolición de la Inquisición.


Muy buenas tardes una vez más.
En estos tiempos que correr de locura en el que se asesinan a personas en nombre de Dios, da igual cual sea, hoy vamos a hablar de como se abolió la Inquisición en nuestro país.

La primera ocasión en que fue abolida la Inquisición en España fue el 4 de diciembre de 1808, y tuvo que ser Napoleón el que lo hiciera. Después de tres siglos campando por sus respetos, el Tribunal del  Santo Oficio se disolvió. Del Bonaparte se puede decir de todo, pero también que fue enemigo de la intolerancia religiosa, del fanatismo devoto y de la mística superstición, precisamente los tres pilares de la Inquisición.
Con España ya bajo el poder napoleónico, el emperador francés firmó aquel 4 de diciembre, justo antes de entrar en Madrid, los famosos Decretos de Chamartín. Uno de ellos suprimía la Inquisición y reducía las comunidades religiosas a un tercio de las existentes, porque había más frailes y monjas en España que población civil. No es que el Santo Oficio estuviera muy activo a principio de aquel siglo XIX, al menos no tanto, como lo estuvo en las tres centurias anteriores, cuando casi te llevaban a la hoguera por estornudar en misa. Pero mejor era suprimirlo, porque era un virus latente con suficiente autoridad para hacer la puñeta.
Napoleón, tras firmar el decreto, argumentó su decisión: «He abolido el tribunal contra el cual estaban reclamando el siglo y Europa. Los sacerdotes deben guiar las conciencias, pero no deben ejercer jurisdicción alguna sobre los ciudadanos». Y sería francés, pero tenía razón. Como no hay mal que por bien no venga, cuando España expulsó a Napoleón y el absolutismo volvió a sentarse en el trono con Fernando VII, la Inquisición recuperó poderes. A partir de entonces, apareció, desapareció según los vaivenes políticos del país, hasta que la abolición definitiva llegó con la reina regente María Cristina. Una pena que no se hiciera antes, porque entre tanta ida y venida del Santo Oficio, aún hubo tiempo de ejecutar aún hereje más.

En fin, esperamos que algún «Emperador» actual acabe con todos estos fanáticos y con su reino de terror y locura.

Un saludo a todos. 
@maspomada

Jesús González.

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