miércoles, 25 de marzo de 2015

algunos hombres buenos y cabreados: la teoría del caos y un poco más.


Muy buenas noches nocturnas en estas oscuras horas. 
Desde nuestras oficinas aquí en Covent Garden, mi socio y colaborador Antonio Castillo y yo nos hemos puesto manos a la obra para poder contar un episodio un tanto curioso que sucedió aquí en Londres allá por el 1809, y es que como Antonio tiene muy buena memoria se acuerda de todo. Comencemos !!!

El 27 de noviembre de 1809, a las cinco en punto de la mañana, un deshollinador llegó para limpiar las chimeneas del 54 de la calle Berners, hogar de la srta. Tottenham. La sirvienta que abrió la puerta le informó de que no se había requerido a deshollinador alguno y el hombre, decepcionado se fue por donde había llegado. Unos momentos después otro deshollinador se presentaba en la puerta, luego otro, y otro, y así hasta un total de doce. Tras haber sido despachado el último de ellos, una flota de carros transportando grandes cantidades de carbón empezó a llegar, seguida de una serie de pasteleros portando tartas de boda, seguido de doctores, abogados, vicarios y sacerdotes convocados para dar la extremaunción a alguien que se estaba muriendo. Pescaderos, zapateros y una docena de pianos fueron lo siguiente en aparecer, junto con seis fornidos hombres transportando un órgano, Dignatarios incluyendo el gobernador del Banco de Inglaterra, el duque de York, el arzobispo de Canterbury y el lord mayor de Londres también se presentaron. Las estrechas calles del contorno pronto quedaron congestionadas con descontentos comerciantes y curiosos. Entregas y visitas continuaron hasta entrada la noche, llevando a una gran parte de Londres a su paralización. Luego se supo que el conocido bromista Theodore Hook (1788-1841) había apostado con su amigo Samuel Beazley que podía transformar cualquier casa de Londres en aquella de la que más se hablase durante una semana. Para conseguir su objetivo, había enviado cuatro mil cartas haciéndose pasar por la srta Tottenham, requiriendo entregas, visitantes y ayudas. Hook se había situado en la casa de enfrente al 54 de la calle Berners y él y su amigo habían pasado un día entretenido viendo cómo crecía el caos.

Y es que más que el caos, lo que hubo fue muy mala leche.
Un saludo a todos.

@maspomada

Jesús González.2015 







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