viernes, 27 de mayo de 2011

historias pomaderas:capítulo 19º " hablemos de...una cita a ciegas en Hendaya "


Muy buenas noches a todos. Hoy, amigos, en esta noche tan romántica, vamos a hablar de un encuentro muy particular que tuvo en Hendaya entre nuestro caudillo y el mismísimo satán. Se dice, cuentan los lugareños, que aquel día el cielo se tiñó de rojo, los perros no paraban de llorar, y todas las flores se marchitaron sin motivo aparente. Ese día el terror personificado entró en nuestra santa casa invitado por nosotros. El hijo del mal, la semilla del diablo, como lo queráis llamar. Adolf Hitler estuvo en nuestra tierra santa. A continuación, vamos a relatar que es lo que pasó allí ese día.
¿ Quién dijo que preferiría que le sacaran una muela antes que volver a entrevistarse con Franco ? Ese mismo, Hitler.
Se vieron las caras en el famoso encuentro en la estación de Hendaya el 23 de octubre de 1940. Franco, con gorro cuartelero, Hitler, con gorra de plato. Fue una cita a ciegas entre dos señores con bigote que, lejos de enamorarse, acabaron pensando que el otro era un imbécil. En realidad, quedaron para ver quién podía sacar mayor tajada.
A Hitler no le iban tan bien las cosas contra Gran Bretaña y le hubiera venido bien que España entrara en guerra para invadir Gibraltar, asentarse en el norte de Africa y tomar el control del Estrecho. Franco dijo, vale, pero a cambio quiero el Marruecos francés, el Orasenado, la ampliación territorial del Sáhara y Güinea... mucha comida, mucho material militar y la defensa de las Canarias. “ Hombre, camarada Paco ( debió replicar Hitler ), yo cuando te mandé a la Legión Cóndor no puse tantas condiciones “.
Al principio, el encuentro en Hendaya prometía. Pero cuando Franco abrió la boca sólo para pedir y adular e intentaba adornar la charla con anécdotas de la mili, Hitler comenzó a bostezar. A las seis y media de la tarde, aburrido, el Führer le dijo a su asistente, anda dale el protocolo y que lo estudie. Al darse media vuelta soltó la famosa frase: “ Con éstos no se puede ir a ningún sitio “. El protocolo era el Pacto Tripartito, un acuerdo de colaboración entre Alemania, Italia y Japón. Franco lo firmó, pero con la condición de que España entraría en guerra cuando el gobierno lo considerara conveniente.
Todo salió mal aquel día. Hasta el último momento. Franco. al despedirse en posición de firmes y saludo castrense desde la plataforma de su tren, perdió el equilibrio porque la máquina arrancó de golpe. Si no lo agarra Moscardó, Franco acaba en el suelo. Pero es que salieron mal hasta las fotos. La agencia EFE descubrió en 2006 que otras dos imágenes del encuentro en Hendaya estaban trucadas. Cuando Hitler y Franco no salían en posturas poco marciales, aparecían con los ojos cerrados, así que hubo que hacer recorta y pega para que las fotos de la cita de Franco y Hitler que distribuyeron aquel 23 de octubre tuviesen la gallardía que requerían aquellos dos señores con bigote y brazo en alto.


Bien, ya hemos relatado lo que pasó aquel día entre estos dos personajes. La máquina del tiempo ya la tenemos echando humo, las calderas están a tope, y ya podemos liberar a nuestro periodista del tiempo, que para esta ocasión hemos decidido lanzar allí. No es otro que José Solano ( creador de la escalera mecánica como parque de atracciones para el INSERSO ).
MPH: don José, quiere decir unas palabras antes de irse a Hendaya el día 23 de octubre de 1940 ???
José Solano: ( con el puño en alto y gritando ) Me las pagaréeeeeeeiiiiisssssss...
Ya tenemos a nuestro héroe en Hendaya el día 23 de octubre de 1940 y se dispone a entrevistar para Maspomadaondas al mismísimo general Franco.

Solano: buenas tardes.
Franco: buenas tardes.
Solano: ( silencio )
Franco: ( cara de póquer )
Solano: ( más silencio )
Franco: ( la cara de póquer se está convirtiendo en cara de órdago a la grande )
Solano: ( sigue mirándolo fijamente sin decir ni pío )
Franco: ( sus ojos se están poniendo de color rojizo )
Hasta que por fin Franco da un golpe en la mesa y dice...
Franco: reaccione cojones !!!!!
Solano: perdón, estaba esperando que usted hablara primero.
Franco: cojones, que llevamos 9 minutos y no ha abierto la boca !!!!. A ver, quiere saber !!!!
Solano: ( después de fruncirse el ceño, ponerse bien unas cinco veces el puente de sus gafas ) a qué hora se come aquí ?
Franco: pues a las dos y media, como siempre. Siguiente pregunta.
Solano: ha leído vd. el último libro de Dan Brown ???
Franco: Dan qué ????
Solano: parece que no...Veamos, nos puede hablar un poco de Hitler ???
Franco: por supuesto, por fin me pregunta algo interesante por Dios !!!, que quiere saber, hombre de Dios ???
Solano: no es muy alto, verdad ???
Franco: hombre...más o menos como yo, la altura de los dictadores. Lo normal...
Solano: ahhh, a ver. Por qué grita tanto cuando habla este señor ???
Franco: hombre, dese cuenta que tiene que convencer a mucha gente.
Solano: yaaaaa, y... para que ha venido ???
Franco: para negociar conmigo, quiere saber de qué ???
Solano: hablemos del tren...
Franco: a ver... que quieres saber del tren.
Solano: cual es su velocidad máxima ???
Franco: y yo que cojones se !!!!
Total, que después de unas dos horas y media de preguntas “ interesantes “, y tras darle al caudillo unas cuantas aspirinas de la época, por fin se despidieron y lo recuperamos de allí. Ahora lo tenemos entre nosotros, observando detenidamente los movimientos de un camaleón durmiendo en la hierba.
Muy buenas noches a todos y hasta pronto amigos.
Jesús González.

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