sábado, 19 de enero de 2013

"El club de los no muy buenos".


Muy buenas y lluviosas tardes. Tenemos al doc Antonio Castillo analizando, escrutando las lluvias que por estas horas van y vienen por nuestra amada ciudad, Málaga. Así que mientras doc Castillo se deja la vista mirando las nubes, aprovecharemos el resto para contar una divertida historia.

En 1976, Stephen Pile fundó el que se dio a llamar "Club de los no muy buenos", es decir, el club de los más torpes, o algo así. Para conseguir ser miembro de tan selecta institución, uno tenía que ser terriblemente malo en cualquier cosa y, además, asistir a sus reuniones. Durante tales reuniones  la gente hacía demostraciones públicas de las cosas que no podían hacer, tales como pintar o cantar. Con el tiempo, Pile recopiló todas esas torpezas y en 1979 publicó un libro al que tituló "El libro de los fallos heroicos". En el libro se contaban ejemplos épicos de la incompetencia, como el peor turista del mundo, que pasó dos días en Nueva York pensando que estaba en Roma; la solución más lenta a un crucigrama ( 34 años ), o la historia del ladrón que llevaba una armadura de metal para protegerse de los perros, pero que hacía tanto ruido y era tan pesada que le impedía huir. 
Sorprendentemente (o, en realidad, no tanto ) a los dos meses de la publicación del libro, el grupo recibió 20.000 solicitudes para ingresar, y el mismo libro apareció en varias listas de best-seller. Como consecuencia de esta fama repentina, Pile fue expulsado de su propio club, ya que había demostrado ser muy bueno en algo. Además el club se disolvió: se había vuelto demasiado exitoso, en contra de su filosofía.
Y es que este sí que era un club con principios. Bien amigos, nuestro genio de la meteorología nos va a contar algunos ejemplos de estos selectos personajes del club.

  • Hassan Mohammed Hamed Med Ed, 47 años y natural de Carolina del Norte ( EEUU ), mientras dormía le sonó el teléfono que tenía en su mesita de noche, justo al lado de su Smith& Wesson del 38 special. Por supuesto gritó "diga" mientras apretaba el gatillo. 
  • El empleado de un zoológico, Friedrich Riesfeldt (de Paderborn, Alemania), dio a un elefante constipado 22 dosis de un laxante animal y un barril de moras, higos y ciruelas pasas antes de que el paquidermo consiguiera defecar. Los investigadores dijeron que Friedrich, de 46 años, intentaba aplicarle un enema de aceite de oliva cuando la bestia descargó.
    La imponente fuerza de la inesperada defecación del elefante golpeó a Mr. Riesfeldt y lo arrojó al suelo donde éste se golpeó la cabeza contra una roca mientras el elefante continuaba evacuando más de 200 libras (100 kilos) de excremento encima de él.
  • En 1985, la asociación de socorristas del estado de Nueva Orleáns decidió hacer una fiesta para celebrar que la temporada se había salvado sin un solo fallecimiento. ¡Todo un logro! Pero durante la fiesta corrió el alcohol… y Jerome Moody, que no era vigilante sino un invitado, fue encontrado en el fondo de la piscina, ahogado. Estamos hablando de una fiesta en la que había más de 200 socorristas festejando sus éxitos… ¡y con cuatro de ellos de servicio, para vigilar que todo fuera bien!
  • harto de los robos de su barrio, un listo decide proteger su coche creando una pequeña valla eléctrica alrededor. Acaba, la conecta… pero se le olvida que la ha conectado, y al tratar de salir se achicharra él solito. 
  • En Francia, Jacques LeFevrier quiso asegurarse de su muerte cuando intentó el suicido. Fue a la cima de un acantilado y se ató un nudo alrededor del cuello con una soga. Amarró el otro extremo de la soga a una roca grande. Bebió veneno y se incendió la ropa. Hasta trató de dispararse en el último momento. Saltó al precipicio y se disparó al mismo tiempo. La bala no lo tocó pero al pasar cortó la soga sobre él. Libre de la amenaza de ahorcarse, cayó al mar. El repentino zambullido en el agua extinguió las llamas y le hizo vomitar el veneno. Un pescador caritativo lo sacó del agua y lo llevó a un hospital, donde murió… de hipotermia.
  • Un motociclista de 30 años fue aplastado cerca de Phoenix, Arizona, en diciembre después de que aparentemente, queriendo vengarse del automovilista de una camioneta que lo había hecho disminuir la velocidad al encontrarse delante en el mismo carril, el motociclista aceleró, rebasó la camioneta y luego frenó bruscamente.
Bueno amigos, con esta pequeña parodia de los ganadores de los premios Darwin a la estupidez humana nos despedimos. Y como no somos para nada buenos, por supuesto que somos miembros de este privilegiado club !!!!

@maspomada

Jesús González


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