domingo, 9 de noviembre de 2014

Ruy López Segura. el mejor jugador de ajedrez del mundo


Muy buenas noches de nuevo.
Hoy la cosa va de ajedrez, de ese noble juego del que mi noble secretario y yo no tenemos ni pajolera idea, pero podríamos estar hablando durante horas de la calidad de un buen whisky durante las horas que dura una partida.

El español Ruy López, clérigo y confesor de Felipe II, fue considerado en el siglo XVI como el mejor jugador de ajedrez del mundo. Escribió un famoso tratado sobre el juego, en el que daba a conocer una nueva apertura, que desde entonces lleva su nombre. Además, el libro estaba lleno de consejos y trucos para que los jugadores ganasen las partidas y derrotasen a los contrarios. Algunos de ellos merecen ser reproducidos aquí por su curiosidad. Por ejemplo, aconsejaba sentarse de forma que el sol quedase a la espalda, para que así la luz deslumbrase y cansase la vista del contrincante; también realizar toda clase de gestos impacientes y, en general, todo aquello que pudiese alterar los nervios del contrario, como fumar tabaco de mala calidad y echar el humo a su cara.

Amigos, amigas y aficionados al ajedrez en general. Hemos logrado infiltrar en el campeonato del mundo que se celebra en Sochi (Rusia) desde el 7 de noviembre hasta el 25, a nuestro hombre de campo, a Antonio Castillo. Le hemos enseñado, bueno más bien le ha enseñado un par de movimientos un tal Rodolph Van der Mierdem, para que se defienda un poco ante sus oponentes sin levantar sospechas. Van der Mierdem es un oriundo de Lisboa, y en la actualidad se dedica en exclusiva a beber vino y dar conferencias sobre ajedrez, parchís y damas.

La idea era poner en práctica los sabios consejos del maestro Ruy López, pero llevados a un grado más.

En la primera partida se presentó disfrazado con el traje típico de Brunei, pero con 5.601 espejitos adheridos a su vestimenta, con lo que cegó por los reflejos del sol a su oponente y a media Sochi.
En la segunda partida después de ahumar la sala por haberse fumado de carrerilla 34 paquetes de ducados, la partida tuvo que suspenderse por dos amagos de infartos de Antonio, su oponente se recupera a día de hoy en un hospital donde casi muere asfixiado.
En la tercera partida usó la táctica de los gestos de Ruy. No cesó de hacer cortes de mangas, peinetas, etc. a su oponente durante la partida.
Y en la cuarta y ultima partida, Antonio directamente cegó con polvo blanco a su oponente.

Antonio tuvo que salir de Sochi con guarda espaldas debido al alto número de amenazas que recibió por parte de los contrincantes y de la propia organización. A lo que respondió diciendo: «Yo solo soy un discípulo de Ruy y de Van der Mierdem».




@maspomada

Jesús González.2014


















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