domingo, 22 de marzo de 2015

hablemos de...Philippe Petit


Muy buenas tardes a todos.
Cuando Felix Baumgartner decidió saltar desde el techo del cielo para dejarnos boquiabiertos, muchos pensamos que estaba loco, ¿cómo iba a saltar un hombre desde semejante altura sin matarse?, ¿qué es lo que lleva a una persona a hacer eso?, pues simplemente creo que lo que le lleva a alguien a realizarlo es romper sus límites, denostarse a sí mismos que son capaces de todo. Sin gente como ellos no existirían las hazañas.
Esta tarde se la queremos dedicar a Philippe Petit (1949) que también rompió sus límites con lo que hizo, comencemos !!!

En la mañana del 7 de agosto de 1974, el joven funambulista francés de veinticuatro años Philippe Petit caminó sobre un alambre tendido a 409 metros de altura entre las infaustas Torres Gemelas de Nueva York. Para lograr esta hazaña, utilizó un cable de 450 libras (más de 204 kg) y un contrapeso personalizado de 7,9248 metros de largo y unos 25 kg de peso. Su hazaña le llevó seis años de planificación, durante los cuales Petit aprendió todo lo que pudo sobre los edificios, pareciendo problemas tales como el balanceo de las torres por el viento o como el de llevar el cable de acero a través del hueco de 42,672 metros que separaba las torres. Para poder acceder a las torres, falsificó tanto para él como para sus colaboradores tarjetas de intensificación como contratistas que estaban instalando una valla electrificada en la azotea. Petit y su grupo pudieron subir en un montacargas hasta el piso 104, llevado con ellos el equipo necesario el día antes del paseo y fueron capaces de almacenarlo a tan sólo 19 escalones de la azotea. Para poder pasar el cable a través del vacío decidieron usar un arco y una flecha; primero dispararon un sedal, para posteriormente disparar cuerdas cada vez más gruesas hasta que fueron capaces de pasar el cable de acero de 450 libras. Usaron vientos para estabilizarlo y reducir al máximo su balanceo. El 7 de agosto de 1974, poco después de las 7:15 de la mañana, Petit partió de la torre sur sobre su cable de acero. Cruzó ocho veces de un lado a otro, en los 45 minutos que duró su aventura. Durante ese tiempos, además de caminar, se sentó sobre el cable, hizo una reverencia y hasta habló con una gaviota que volaba sobre su cabeza. La primera persona en darse cuenta de ello fue una mujer afroamericana que salía del metro y creyó distinguir una figura diminuta entre las nubes. Al cabo de unos minutos, media policía de Nueva York se encontraba en los alrededores del World Trade Center sin dar crédito a lo que tenían ante los ojos. El sargento Charles Daniels, del Departamento de Policía de la Autoridad Portuaria, que fue enviado para hacer descender a Petit, contó posteriormente su experiencia: «Cuando nos vio, sonrió y comenzó a reír, iniciando una danza sobre el cable...Cuando llegó al edificio, le pedimos que bajara de la cuerda, pero en lugar de eso se dio media vuelta y corrió de nuevo hacia la mitad,...donde se balanceó arriba y abajo. Sus pies perdían contacto con el cable y volvían a colocarse de nuevo sobre él. Realmente increíble. Todos estábamos hechizados viéndole»


Finalmente, Petit fue advertido por su amigo en la torre sur de que un helicóptero de la polca vendría a sacarle del cable. Había comenzado a llover y Petit pensó que ya se había corrido suficientes riesgos, por lo que decidió entregarse a la policía, que le esperaba en la torre sur. Fue arrestado nada más bajar del cable. La policía, provocada por sus mofas mientras se encontraba sobre el cable, lo esposó y lo arrojó por unas escaleras; algo que posteriormente Petit describiría como la parte más arriesgada de la acrobacia.


Su audaz actuación provocó titulares en todo el mundo. Al ser preguntado por el motivo de la hazaña, Petit diría: «Cuando veo tres naranjas, hago malabares; cuando veo dos torres, las cruzo». La inmensa repercusión mediática y admiración pública  del número tuvo como resultado  la retirada  de todos los cargos  que se le habían imputado. La Corte, sin embargo, condenó a Petit a realizar un espectáculo para los niños de Nueva York, que transformó en un nuevo ejercicio de funambulismo, esta vez en Central Park, sobre el lago Belvedere (hoy Turtle Pond)


Esta ha sido la historia del grandísimo Philippe Petit, que maravilló durante un buen rato a medio mundo e hizo soñar con lo imposible. 
Feliz tarde a todos.


@maspomada

Jesús González.2015


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