jueves, 19 de marzo de 2015

La Teoría Matemática de la Caza Mayor. Henry Pétard.


Muy buenas tardes a todos una vez más.
Tras una etapa de reflexión por parte de mi buen amigo y colaborador Antonio Castillo y servidor, en la que decidimos tomarnos un respiro en los aposentos del más que respetable Hotel Ritz Guangzhou allá por China, hemos querido aprovechar que hoy es el día del papa-padre y de los pepe-joses para recrearnos con una de esas historias un tanto raras y sospechosas.

La Teoría Matemática de la Caza Mayor, propuesta por Henry Pétard, intenta explicar de manera fácil, comprensible y sin entrar en muchos detalles, y sobre todo con bastante humor, los métodos de investigación de las matemáticas, la física teórica y la física experimental actuales, aplicándolos a la caza de un león que deambula somnoliento por desierto del Sahara. Entre los métodos matemáticos encontramos el método axiomático o de Hilbert (Hilberto para los amigos), según el cual colocamos una jaula en el Sahara y dentro de ella encerramos dos axiomas:

  1. La Clase de leones del Sahara es no-vacía
  2. Si hay un león en el Sahara, hay un león en la jaula
Mediante ciertas reglas de inferencia, de estos axiomas se puede concluir el siguiente teorema: hay un león en la jaula, con lo cual lo habremos cazado. También es posible el método de la geometría de inversión: suponemos que la jaula es esférica, nos introducimos en ella y cerramos la puerta. Procedemos a la inversión, con lo cual el león entra en la jaula y nosotros salimos de ella. Así, conseguimos cazar al león, mientras nosotros acabamos fuera de la jaula. En el método proyectivo, por su parte, suponemos que el desierto es un plano, proyectamos ese plano en una recta, y luego esta recta en un punto. Necesariamente el león habrá de estar en ese punto. El león queda encerrado en ese punto. Cazado. Si elegimos el método de Bolzano Weiertrass, dividimos el Sahara en dos y ponemos una barrera bien sólida. Suponemos que el león ha de estar en una de ambas mitades, la cual volvemos a dividir en otros dos sectores mediante una barrera, y así sucesivamente. El diámetro de estos nuevos recintos se hace cada vez más pequeño y al llegar a un espacio cuyo diámetro es arbitrariamente pequeño, el león queda finalmente aprisionado.

Tras meses de angustiosa reflexión, Antonio Castillo también ha querido aportar su granito de arena a estas teorías de la caza de un león, pero él lo hizo de manera totalmente práctica. Para ello se fue al Sahara durante 80 días y 80 noches con tan solo dos escuadras, un cartabón, cuatro reglas de medio metro, una gorra del Málaga C.F. y dos paquetes de tabaco.
Al quinto día logró cazar un escarabajo pelotero pegándole con la escuadra en la mitad de su cabeza. 14 días después asestó un reglazo a un camello de un tuareg que pasaba por allí, con lo que Antonio tuvo que dejar su investigación ya que su cabeza era la que estaba en busca y captura.
Antonio tuvo que abandonar el Sahara a lomos de borrego tuerto.
A día de hoy se encuentra felizmente descansando y recuperándose del susto en el Guangzhou este.

Feliz día del padre a todos los padres y mama-padres del mundo. Felicidades a los Pepes y felicidades a lady O´Millan por nuestro aniversario.

@maspomada

Jesús González.2015




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