jueves, 14 de agosto de 2014

el retiro del emperador Carlos I de España y V de Alemania al monasterio de Yuste.


Muy buenas y estupendas noches una vez más.
Habiéndonos recuperados de la celebración del primer cumpleaños de nuestro hijo Jesús González Jr. seguimos aquí una vez más dando guerra por estos contornos. Su cumpleaños fue el pasado día 24 de junio y hoy día 14 de agosto por fin hemos terminado los festejos. Se soplaron las velas de 456,1 tartas, se hincharon 98.001 globos y el circo del sol tuvo que suspender su gira para atender de manera personalizada a Jesusín, menos mal que contábamos con la colaboración y entrega de su baby sister-sister Carlota que con tan solo 10 años de edad ya presume de unas buenas y estupendas patas de gallo. Todo quedó conforme para el anfitrión que hizo gala de un exquisito gusto al catar su primera tarta de cumpleaños.

Bien amigos, a lo que íbamos, vamos a hablar del famoso retiro de nuestro querido emperador Carlos I de España y V de Alemania. Siempre habíamos oído hablar de que nuestro emperador se fue a pasar sus últimos días de vida de forma austera a un monasterio en Yuste, y poco más, pero aquí  vamos a desvelar que tenía de austeridad ese monasterio. Comencemos !!!

Si nos vamos a cualquier página de historia nos pondrá más o menos esto: "Recluido en Yuste, en las modestas dependencias que se habían habilitado para el ilustre huésped, se dedicó a oír misas, a contemplar los espléndidos paisajes de esas hermosas tierras, a la lectura, a su afición por los relojes y a sus copiosas comidas. Durante muchos meses, a Yuste acudieron muchos personajes de la corte en busca de consejos e influencias. Desde aquel remoto lugar el aura del Emperador seguía planeando por las cortes de toda Europa"

Cualquiera que oiga o lea esto se pensará que el pobre Carlos V estaba todo el día metido en un monasterio escuchando misas y rezando esperando que llegara su muerte, jajajajjajajajajajajajjajajajajjajajajajajjajaja !!!! Atención amigos.

El día 3 de febrero de 1557 llegó a Yuste Carlos I de España y V de Alemania para no salir de allí nunca jamás. El emperador no se instaló a vivir en el convento jerónimo de Yuste. Lo que hizo fue ordenar construir un palacete anexo de dos plantas, una cálida para el invierno y otra fresquita para el verano. El chalecito tenía dos orientaciones: una hacia el jardín, para que le llegaran los rumores del riachuelo que por allí fluía, y otra hacia el monasterio, de tal forma que que, abriendo una ventana de su habitación, Carlos V se asomaba al altar de la capilla y oía misa desde la cama. Mantuvo un servicio de veintidós personas y ordenó un casting entre monjes de toda España para seleccionar a treinta y ocho que cantaran estupendamente bien y que cada día le dieran un recital. 
Carlos V estaba muy enfermo, pero no hacía caso a ninguno de los médicos. Seguía bebiendo vino, cerveza y aguardiente. En Yuste montó su propia destilería y se llevó con él a maestros cerveceros para que las cañas no le faltasen.
Carlos V montaba en cólera cada vez que las viandas no llegaban en perfecto estado a Yuste, sin importarle que su residencia estuviera en el trasero del mundo, con la autovía de Extremadura aún por construir y alejada de toda ruta comercial. Un verdadero suplicio el que padeció nuestro emperador que llevó como pudo.

Amigos pomaderos, queriendo seguir el ejemplo de austeridad de nuestro anhelado emperador, hemos decidido la srta O´Millan McMillan-Millan del clan de los Millan-Son de las Higlands y servidor de ustedes, que nos retiremos también a un lugar austero en el que solo dispongamos de las tonadillas celestiales de unos trobadores modestamente traídos de algún lugar de Europa, algún que otro licorcillo para esas duras tardes de invierno y horas y horas de misas interminables que harán las delicias de lady O´Millan.
 La idea era irnos al Ritz Carlton de Londres y echarlo abajo para construir un monasterio románico, pero tras pensárnoslo durante medio segundo decidimos dejar el Ritz y poner un portal de belén románico en la entrada del mismo. Al igual que el emperador hemos traído unos modestos caldos, unas 3.400 botellas de Vega Sicilia Magnum de 1995, las cuales incansablemente nos trae desde la Rivera del Duero nuestro amigo y secretario Antonio Castillo de la mano de transportes Yakamoto, un ex conveniente kamikaze de la segunda guerra mundial que sobrevivió gracias a que era y es vizco y siempre fallaba a la hora de impactar con el enemigo.
Nuestro secretario, el señor Castillo trabaja incansablemente para que lleguen justo a la hora de cada comida los mejores manjares del Celler Can Roca, de hecho, el Celler Can Roca está justo ahora en la primera planta del Ritz. Todo sea por tener un retiro austero tal y como hiciera Carlos V. 

Un fuerte abrazo a todos, a mi mujer Elena O´Millan, a mi precioso hijo Jesús y otro al doctor Antonio Castillo (parapsicólogo y médium ocasional).

@maspomada

Jesús González 2014