lunes, 21 de noviembre de 2016

los riesgos de la hipoteca inversa


Este relato de hoy va dedicado a todas esas ratas que quieren hacer negocio a costa de las personas mayores, en las que amparándose en la indefensión de sus víctimas, se quedan con sus casas cuando fallecen.

En 1965, André François Raffray, notario de profesión, propuso a la señora Jeanne Calment, nacida en 1875 y que entonces tenía noventa años, pagarle una renta mensual de 2.500 francos (más o menos 400€ actuales) hasta el día de su muerte a cambio de su vivienda, en lo que podríamos calificar como «hipoteca inversa». Jeanne Calment vivía en un céntrico piso en la localidad francesa de Arlés, en la cotizada Costa Azul. La nonagenaria había enviudado en 1942 de Fernand Calment, perdió a su única hija Yvonne en 1934 e incluso su nieto Fréderic falleció a causa de un accidente de tráfico en 1963. Al no tener descendencia ni familia directa, accedió a firmar el acuerdo con el notario Raffray. Este calculaba que la anciana viviría como máximo unos diez años más (hasta los cien) y él tendría un piso céntrico y formidable por poco más de 300.000 francos (45.734€). Pero el destino en algunas ocasiones juega malas pasadas e hizo que la señora Calment se convirtiera en el ser humano más longevo de la historia, llegando a vivir hasta los 122 años (se dice que dejó de fumar a la temprana edad de 117), dos años más que Andrés Francois Raffray, que murió el día de Navidad de 1995, a los 77 años. Su viuda tuvo que seguir pagando a Jeanne la cantidad acordada por su marido hasta el 4 agosto de 1997. Hay que destacar la curiosidad de que la señora Calment pasó una gran parte de esos 22 años ingresada en una residencia de ancianos, estando el piso vacío durante todo ese tiempo.

@maspomada

Jesús González.2016