domingo, 28 de agosto de 2016

The spanish way of life


Muy buenas noches de agosto.
Aprovechando que el verano se está acabando y con él los miles y miles de turistas que vienen a nuestro amado país por nuestro way of life, quiero aprovechar para contar lo que pensaban de nosotros grandes pensadores y demás gente de bien.

El padre del liberalismo conservador británico, Edmund Burke, aseguraba que «España es un país exangüe, sin nervio. Su nobleza le pesa como un dogal al cuello». El duque de Wellington se apuntó a propalar el tópico: «Los españoles son los más vagos de todas las naciones que he conocido, para ellos todo es beber». Darwin sugiere que la decadencia de nuestra raza podría deberse a que la Inquisición aniquiló a los españoles mejor dotados. Thomas Malthus dijo; «los españoles se han degradado completamente y se multiplican como brutos sin reparar en las consecuencias».
James Joyce cuenta que un italiano se quitó el sombrero delante de un español y dijo:«Usted me ahorra la vergüenza de ser el ultimo de los europeo»
Cyril Connolly (famoso crítico literario) dijo que «los españoles han vendido su alma por cemento y solo pueden salvarse con una serie de terremotos».

Lo que tenemos claro es que el mundo está habitado por dos clases de seres humanos: la humanidad y los ingleses con su chabacanería y cursilería, su debilidad por el cliché y los eufemismos embellecedores. Ya lo dijo el inglés lord Chesterfield, «la gente odia a quien le hace sentir la propia inferioridad», los ingleses llevan siglos teniendo un problema freudiano con los españoles. En la genealogía del odio anglo hay otro ingrediente freudiano. Así como los escandinavos han aprendido a disfrutar de su clima, los británicos lo odian, por eso tuvieron que montar un imperio en los dulces trópicos, donde los días son largos y la sensualidad despierta. Cualquiera que haya estado en verano en Inglaterra o Escocia entiende que ese clima haya sido el más poderoso impulsor colonizador de la historia y que el turista británico sea tan feliz en el extranjero, siempre que los nativos se comporten como camareros. Lo que allí llaman english summer lo llamamos aquí jodido tiempo, por eso pudo decir Shelley Winters: «hice una película en Inglaterra en invierno y hacía tanto frío que casi me caso». Metidos en su isla brumosa como un bote aislado en el mar, no es descartable que en la ojeriza británica haya una inocultable envidia por el sol de España y el spanih way of life , esa disposición al disfrute tribal de la vida en la calle.
Y todo ese mal rollo porque dio la casualidad que Felipe II no tuvo hijos con su mujer inglesa.

Muy buenas noches a todos 


Jesús González.2016

@maspomada