viernes, 23 de marzo de 2018

espiando en: el Hotel Boscolo (Budapest)


Buenas tardes amigos.
Excelente tarde de viernes con viento y lluvia en la que gracias a unas merecidas vacaciones podemos disfrutar para contar una vez más un relato y una de nuestras aventuras.
Gracias a la diplomacia del señor Trump, los venenos del señor Putin, los coreanos, los chinos y la madre que los parió a todos, la guerra fría ha vuelto de nuevo, y nuestra agencia nos reclama para que espiemos.
Antonio Castillo (alias pincel fino) y yo (alias Montblanc) hemos sido reactivados por la Royal Life Insurance para investigar. Nuestras pesquisas nos han llevado al hotel Boscolo de Budapest allá por Hungría, nada tenía que ver que es uno de los mejores hoteles de Europa y del mundo, nada tenía que ver que allí se encuentre el Café New York, considerado uno también de los más valorados del mundo. Les dijimos a la agencia que aquello era un hervidero de espías y coló, total, que aquí estamos investigando Pincel fino y yo en busca de pistas (no sabemos de qué) y mientras tanto intentamos disfrutar de Budapest, del hotel y por supuesto del café New York. 
El Boscolo es un hotel de lujo en el gran Bulevar Erzsébet körut de Budapest. Construido por la competencia, la Life Insurance Company de Nueva York, como sede central de su compañía, fue abierto al público por primera vez en el año 1894, y dentro del mismo tenemos esta maravilla que se llama el café New York, entrar allí es como dar un salto al pasado: el boato, la opulencia y la refinación acogen a los visitantes encantándolos con la fascinación de la Belle Epoque. Mientras en el exterior los Lucíferos de bronce recuerdan a muchos pintores, actores e intelectuales que desde siempre son habituales del café, en el interior se puede gozar de la proverbial cordialidad de los camareros y de las delicias propuestas por el barman o los chef. Si alguien quiere reservar mesa allí pongo el número; el +36 1 8866 167, tan solo tenéis que decir que queréis reservar una mesa a nombre de Jesús González y no tendréis ningún problema, 100% garantizado.


       
Aprovechando que estamos Pincel fino y yo saboreando un excelente expreso mientras observamos los movimientos del señor De Oliveira y señora (un sospechoso habitual  luso que tenemos fichado) vamos a contar una historia curiosa a cerca del café, de sus beneficios o también de su perjuicio.

El rey Gustavo III de Suecia (1746-1792), convencido de que el café era venenoso, condenó a un criminal a tomarlo todos los días, mientras otro bebía solamente té, para que una comisión médica nombrada al afecto demostrase que, tomados ambos a dosis diarias, éste era beneficioso, mientras aquél era mortal. Sin embargo, según cuenta la historia, el experimento nuca pudo ser llevado a término: primero murieron los médicos de la comisión; después el rey fue víctima de un atentado mortal; a continuación, a los 83 años, murió el reo condenado a beber té, y finalmente el bebedor de café.

Amigos, no hemos visto nada sospechoso por aquí, pero por si acaso les hemos dicho a la Agencia que no nos fiamos, así que hemos decidido pasarnos aquí un par de meses más hasta estar completamente seguro que esto está libre de espías, y es que en Budapest nunca se sabe. 
Un fuerte abrazo.





Jesús González.2018






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